Los científicos han descubierto que las abejas de la miel son capaces de votar cuando toman decisiones sobre donde establecer una nueva colonia. Las exploradoras vuelan buscando sitios potenciales y vuelven a informar a la colonia con un baile. El baile realizado por cada exploradora indica al resto de abejas como llegar al sitio determinado. Es el conocido baile del meneo, una danza que permite comunicar direcciones al resto de la colmena. Si a una abeja le gusta o cree que es un sitio que realmente vale la pena, danzará las direcciones una y otra vez sin parar, literalmente, cientos de veces. De esta manera, más y más de sus hermanas verán el baile y sabrán donde ir para poder explorarlo ellas mismas y contrastarlo.
Si el sitio es malo, la segunda ola de abejas que haya ido al lugar hará un baile “aburrido” de 10 vueltas. Pero si es espectacular, por encima del nivel del suelo, con una entrada estrecha, encarado a la dirección adecuada, con mucho espacio interior donde almacenar miel… entonces harán un baile espectacular de 300 rondas, para que más exploradoras sepan donde ir. Si el sitio les gusta, pronto todas las exploradoras estarán bailando el mismo baile.